Wednesday, August 25, 2010

A paso tortuga

Para despedirme de Costa Rica, al menos en lo que a viajes se refiere, escogí un apacible pueblecito a la orilla del mar Caribe, al que solo es posible acceder a través de barco o avioneta. Situado en una península, y rodeado completamente de canales y selva tropical, el pueblo de Tortuguero es uno de los destinos más recomendados a los visitantes, especialmente por el fenómeno natural que tiene lugar en sus playas durante estas fechas. Me estoy refiriendo a la llegada de tortugas marinas de diferentes especies que vienen cada año a dejar sus huevos. Simplemente por presenciar esto ya merece la pena venir. Aparte, la llegada en sí, en barca a través de los canales, ya es una maravilla.




Embarcadero principal



Una vez hallado el alojamiento (El Balcón del Mar, cabañitas a 8 dólares, enfrente del mar, una ganga), me uní a otros dos mochileros, un mexicano y otro español, para ir a ver el espectáculo de las tortugas. Para ello es necesario ir de noche y con la compañía de un guía. A las playas de Tortuguero vienen a desovar diversas especies, pero nosotros solo vimos dos tortugas verdes, cuyo caparazón puede llegar a más de un metro y medio de longitud, con un peso de hasta 200 kilos. Descubrimos a una en pleno desove y fue una experiencia realmente bella. Me sentí de verás un privilegiado al poder ser testigo de ese momento.
Una de estas tortugas puede poner entre 80 y 120 huevos, del tamaño de una pelota de tenis. Luego los entierra cuidadosamente y vuelve al mar. Por desgracia, no nos dejaron fotografiar ni filmar nada, así que os tendréis que conformar con estas muestras:





Otra de las actividades esenciales en esta zona, es la visita al Parque Nacional Tortuguero. Es posible recorrer una parte a pie a través de un sendero de 2 kilómetros, pero lo más habitual e interesante es explorarlo en canoa, navegando por los riachuelos. Según los guías, se pueden ver hasta 3 especies diferentes de monos, perezosos, caimanes, y multitud de aves acuáticas. El problema es que la mayor parte del recorrido, de unas 3 horas, la hicimos bajo una persistente lluvia que deslució bastante la visita, e hizo que la mayor parte de los animales optaran por esconderse entre la maleza, apenas avistamos nada, la verdad.





Empapado y algo decepcionado por el paseo matinal, partí de vuelta a Turrialba. Todavía me quedaban 6 horas de viaje, incluyendo la barca y hasta cuatro autobuses diferentes. A pesar de toda esta odisea y del chaparrón, no puedo decir que me disgustó la experiencia. Tortugas aparte, me lo pasé muy bien por el viaje en sí y la experiencia de ir conociendo otros viajeros, que te hacen recorrer el mundo y sentir curiosidad por nuevos lugares, simplemente escuchando sus experiencias. Eso creo que es una de las cosas más bonitas cuando se recorre el mundo, de cada persona que uno encuentra en el camino se aprende algo.

Y ahora toca empezar a hacer el equipaje y despedirme ya de la escuela y la gente que me ha acogido aquí. Desde aquí darle mil gracias a Ingrid y Fernando por darme esta genial oportunidad, y a todos los compañeros por su cariño y apoyo, y hacerme sentir un tico más. Sois pura pura vida, os voy a echar de menos a todos. A la llegada a España acabaré de cerrar el blog, así que manténgase al tanto.

1 comment:

  1. Gracias Paco por hacernos disfrutar cada rincón de CR a propios y extranjeros!!
    Fue un gusto haberte conocido y compartir contigo el trabajo tanto como el tiempo libre.

    ReplyDelete