Guayabo, tras la huella precolombina

A 19 kilómetros de Turrialba, situado en las faldas del volcán, se halla el yacimiento arqueológico más importante de Costa Rica, el Monumento Nacional Guayabo. Un sitio interesantísimo a la par que encantador, rodeado de un bosque formidable, repleto de flora y fauna, con lo que se puede disfrutar de la riqueza natural al tiempo que se conoce una parte importante del patrimonio histórico costarricense. Aquí he estado esta misma mañana junto con Marco, al que no veía desde hace más de un mes, y Alexis, un chaval canadiense.


Maqueta del asentamiento


Vista general de las ruinas

El lugar estuvo habitado desde aproximadamente el año 1000 A.C hasta el 1400 D.C, 100 años antes de que los primeros colonos españoles se adentraran en tierras ticas. Fue un importante centro político y religioso, y llegó a albergar hasta 1500 habitantes. El motivo por el que el asentamiento fue abandonado todavía sigue siendo un misterio. Se desconoce cual fue exactamente la étnica indígena que habitó Guayabo, pero los arqueólogos han demostrado que sirvió como punto de encuentro entre diversas culturas precolombinas, recibiendo influencias tanto del norte como del sur de América.





Entre los restos arqueológicos que se pueden observar, destacan los montículos, que servían de base para los edificios, calzadas de piedra, algunas tumbas, monolitos y una sensacional red de acueductos cuyas cisternas aún funcionan. También existen algunos petroglifos, imágenes grabadas en piedra, representando una espiral, la cual se cree que representa el curso de la vida. En cuanto a la cerámica y objetos de oro, lo poco que no fue expoliado se conserva en el Museo Nacional de San José.






Nuestra estupenda guía, Rosa, sin la cual no hubiéramos disfrutado tanto de la visita. ¡Muchas gracias!

A pesar de no ser tan espectacular como los yacimientos mayas o aztecas, la visita a Guayabo merece de verdad la pena. Eso si, se recomienda que lo hagáis con guía especializado. De otro modo resultaría bastante aburrido.

En el apartado de novedades, comentar que este martes me voy a pasar unos días a la escuela de Boquete, y quizás también a Bocas de Toro, en Panamá. Serán solo unos pocos días, pero espero aprovecharlos al máximo y disfrutar del cambio de aires. Así que la próxima entrada vendrá ya de tierras panameñas. A ver lo que me encuentro por allí.

¡Hasta entonces!